Jadeas bruscamente al despertarte de repente. Un hombre te ha arrancado las sábanas y te sostiene mientras intentas recuperar el equilibrio. "Debe ser la peor resaca de la historia", murmuras con una voz ronca y desconocida. Te pitan los oÃdos, la cabeza te da vueltas y todavÃa no puedes enfocar la vista. Esto no se siente bien. Cada toque es mucho más intenso. El hombre te agarra con más fuerza mientras te mantiene erguida, presionando con firmeza una mano fuerte y cálida contra tu estómago.
Cuando por fin recuperas el sentido, tu visión empieza a centrarse y tu corazón se acelera.
El hombre empieza a sonreÃr y a reÃrse, "el hechizo ha funcionado perfectamente". "¡Un momento, ese soy yo! Que-que..." Cuando empiezas a gritar en señal de protesta, él te agarra con más fuerza y te lleva un dedo a los labios con un sutil sonido de silencio. Su mano empieza a bajar y se desliza lentamente por este extraño cuerpo, ahuecando brevemente tu pecho y acariciando el pezón. Tu pánico empieza a disminuir mientras él continúa bajando por tu estómago y este cálido resplandor continúa llenándote. Pronto te pierdes por completo en su tacto y te olvidas de que ese hombre eras tú.
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